sábado, 4 de diciembre de 2010

Queda mucho por aprender.

Así es, aún queda mucho por aprender; no sólo en el triatlón, si no en la vida en general, por eso nunca debemos de conformarnos con lo que ya sabemos o hemos experimientado, hay que seguir hacia delante aprendiendo de cada obstáculo que nos coloquen en el camino.

El pasado 27 de noviembre, corrí el duatlón cross de Segurilla, iba a ser un entreno (más durete) pero se convirtió en una lección; una lección que los caminos y vertedas de Segurilla y algunos compañeros de club me tenían reservada... os cuento.

Llegamos a Segurilla con tiempo para recoger dorsales, calentar, etc. Calentando me encontré con mis padres que fueron a verme (que frío pasaron los pobres) y a ser testigos de esta lección; todo colocado, 130 duatletas deseando que dieran la salido por que la temperatura no nos iba a ser buena compañera, y a las 16 horas salimos escopetados a hacer los primeros 5km a pie, por caminos con repechos, piedras sueltas,etc. Las sensaciones fueron extraordinarias, me encontraba bastante bien y me salieron muy buenos 5.000 metros abuen ritmo pero sin saber el tiempo, no quise no reloj, sólo quería sensaciones...

Mi padre que por allí andaba encogido de frío me estaba esperando en la transicción, para darme ánimos junto con demás compañeros del club que habían subido a verlo, (todos se portaron genial) sabía que iba rápido y en buen puesto pero no me podía imaginar que entrara el 24 en la transición, no me lo creía (los entrenos están sirviendo para algo jaja), pero todo empezó a nublarse...

No sólo la climatología sino yo mismo, mi bici, o mejor dicho la combinación de ambos que parece que no funciona; eran 18 km de bici de montaña por caminos de tierra, asfalto y veredas, bueno asfalto muy poco la verdad, todo iba normal, la gente me adelantaba sin problemas ya que no soy muy diestro con la bici, pero todo empeoró con mi caída en una subida bastante técnica donde no sólo me golpeé yo, más adelante le pasaría factura a la bici también; me levanté y para bajo que también había que bajar una pendiente bastante técnica, con giros rápidos y bordeando piedras, matorrales público para mi mal situado.
Termina la primera vuelta y pienso "va! una menos Sergio tira, ya conoces el recorrido y sabes donde dosificar y apretar" el circuito de bici no lo conocía, la segunda vuelta fue la menos mala jaja, ya que no hubo percance alguno aunque las sensaciones sobre la bici no eran buenas, ruidos, saltos de cadena, no iba cómodo, más bien bastante inseguro y deseando soltar la bici de una vez para correr; pero faltaba lo mejor...

Paso por el inicio de última vuelta y al girar la bici empieza a sonar, la rueda de atrás se bloquea y derrapo, a punto de irme al suelo, veo a compañeros dándome ánimos y dándome agua en sitios clave, " va Sergio última vuelta" aprieto el culo y tiro, pero la cadena se me sale y se vuelve a colocar, otro susto para la colección, no le doy importancia y sigo, pero siguen los problemas, ahora los cambios saltan sólos e intento cambiar lo menos posible para no empeorar las cosas pero no fue así, la cadena sigue saltando y al empezar a subir un repecho noto que la bici pierde altura (" ¿qué, coj... pasa, ahora?") la rueda de atrás se había salido de su sitio, bloqueo la cadena y provocó mi segunda caida, no me lo podía creer, tirao en mitad de la última vuelta con la rueda medio quitada, la cadena enredada entre el pedalier y el plato pequeño y yo por los suelos; mi premera reacción fue dar una patada a la bici y tirar el casco ("no sigo, que lo de por c....") pero despue´s de pensarlo, me puse a colocar la rueda y a dar golpes a la cadena para sacarla de ahí, impotencia al ver como me adelantaban mientras yo me tiraba el pisto de mecánico improvisao jeje, con más pena que gloria llegué lleno de grasa a la transicción viendo la cara de asombro de mis padres y colegas.

LLeno de rabia e impotencia volví a tirar el casco y dige que no corría, "yo paso, esto no es normal" no paraba de recordar que había entrado el 24 en la primera transicción y me jodía aún más, pero ahí estaba Ricardo para mirarme a los ojos y decirme " tu sales a correr ahora mismo, y punto, que te crees que es esto, sal, sal" lleno de rabia y encabronao me calcé las zapatillas y salí como un loco sin conocimiento a hacer los 2,5km de carrera que quedaban, sabía que lo había perdido todo, que no iba a recuperar el tiempo perdido, pero también sabía que iba a acabar lo que había empezado y con la cabeza bien alta.

En los 2.500 metros adelanté a 5 ó 6 duatletas y los últimos 400 metros los hice esprintando creyendo que en cualquier momento me tropezaría y mordería la tierra; entré en meta y me abrazó mi primo que estaba en la organización y rápido me fuí sólo a que se me pasase el cabreo, todo el mundo me quería preguntar pero no quería contestar mal a nadie.

Gracias a todos y a Ricardo en especial, por que me enseñó que aunque todo se venga a bajo, aunque todo salga mal, aunque estés entrenando y luego no superes las expectativas... siempre hay que seguir hacia delante...